Ese momento en que nadie ha de creer en mis
palabras porque ya no serán para los demás, serán para mí.
Momento en
que el entorno, las opiniones, la familia, el dinero e incluso el amor queden
solo como un recuerdo, en tanto me enfrento acaricio, abrazo y desecho;
recuerdos. Buenos y malos, tristes y alegres, pero en ese momento solo míos. Sin
importar la opinión, sin importar nadie. Momento en que seré yo contra yo o yo
y yo, solo pensando… entre sonrisas perdidas con color de locura.
Momento en
que la muerte es apenas un invitado al cual esperamos sin prisa pero sin
sorpresa y a su llegada, pues, será tan solo como queramos que sea, y así la
tomaré, tranquilo y sin testigos, sin lágrimas y sin arrepentimientos. Tan solo
tomarla y dejar que sea lo que le venga en gana ser, y si es mala, pues ya
bastante mala propaganda tiene como para sorprendernos y si es buena, pues será
como en las películas bonitas… o mejor. Total, esa ya no me importara, de hecho
ya no me importara nada y… se puede ser más feliz que siendo absolutamente
desinteresado y despreocupado?...no.
Bienvenida el
día que llegue y las lágrimas, pues las lágrimas serán para los que queden…
total, ya les llegara su día…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta con libertad...